lunes, 9 de diciembre de 2013

Odio.

Odio despertar, ese horrible sentimiento de que haz dejado un sueño atrás que probablemente recuerdas pero se te va a olvidar. Odio levantarme y hacer el desayuno, sin embargo no odio comer, ir al baño a arreglarme ¿para que? voy a estar todo el día en casa, no saldré ni para ver a mis 'amigos' así que no le veo la necesidad. Odio estudiar porque me hace pensar en que estoy desperdiciando mis horas, porque demonios estoy estudiando lo uno y lo otro si no se lo que quiero hacer en mi futuro y en cambio todo el mundo sabe o tiene una idea lo que quiere hacer pero yo no. Odio ir a sacar al perro porque siento como todo el mundo me juzga, valla el camino que valla. Odio estar en la computadora varias horas y darme cuenta de que no he hecho nada productivo en todo el día. Odio bañarme antes de dormir porque se que incluso después de estar 'limpia' siempre seré igual de asquerosa, un cuerpo asqueroso y manipulado. Odio acostarme para pensar en cuanto odio todo lo he hecho en el día, en la semana, en mi vida. 

Odio todo lo que soy, lo que he hecho, lo que hago y haré, sin embargo no tengo ni idea de porque es así.

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